Se cumplen 210 años del grito de libertad de ese 25 de mayo de 1810, en que estas tierras generosas, lograron romper con las cadenas coloniales. Quiero hacer llegar a cada argentino, el abrazo del pueblo italiano. Un abrazo no solo de celebración por la bravura de los que lucharon para poder decidir su destino. Un abrazo de esperanza para el futuro. Un abrazo para que en este presente, difícil para las dos naciones, sepan los argentinos que cuentan con Italia.
Tras el dolor de la pandemia, se viene un renacimiento, una nueva Italia. En esta fecha tan especial no tengo dudas, que para la Argentina, habrá también un renacimiento: una superación no solo de la cuestión sanitaria, sino también, en todos los aspectos de la Nación Argentina toda.
La Semana de Mayo, fue la génesis y el principio de la identidad Argentina. Hay una hermandad casi intrínseca entre la Argentina e Italia. Y esto no son solo palabras, sino que hay hechos y situaciones que así lo confirman. Ya en tiempos de la revolución de Mayo había 94 peninsulares en estas tierras. Luego, lo que todo ya sabemos, las grandes oleadas migratorias.
Podría hasta decirse incluso, que un poco la Argentina está hecha por Italianos entre otras corrientes migratorias, y no hay casi en Italia quien no tenga un familiar un amigo o un conocido en la Argentina.
Hoy más de 20 millones de argentinos, llevan sangre de origen italiano, muchas obras hacen honor a Italia, muchos caminos, puentes arquitectura, fueron hechos por sangre italiana o por lo tantos Italianos que también somos argentinos, que amamos esta hermosa tierra.
Amo esta tierra Argentina. Esta tierra me dio cobijo y oportunidades. Esta es la tierra que cuando llegué tan solo con una valija de cartón, me dio la oportunidad de trabajar, formar una familia, emprender y desarrollarme. Quiero compartir con ustedes mi testimonio personal o parte de mi historia familiar, que revela lo importante de la riqueza Argentina y el gran valor de su generosa actitud de cobijar inmigrantes. Mi abuelo, Antonio Sangregorio, venía desde Italia a trabajar en este país en tiempos de cosecha. Viajaba en barco, venía de Italia todos los años, porque el Peso Argentino valía mucho en ese entonces. En esa época a eso se decía, venir “Hacer la América”. Con lo que ganaba en la cosecha (venia contratado por los terratenientes a cosechar) se compró una casa y un campo en Italia. Al venir, mi abuelo no solo aportaba su fuerza laboral, sino que además traía conocimiento como campesino.
Sin dudas, habrá renacimiento para Italia, que fuera duramente azotada por la Pandemia del Coronavirus y habrá también renacimiento para la Argentina, que sin dudas, por su riqueza natural, su hermoso pueblo y su destino merece lo mejor.
En esta fecha tan especial vaya un abrazo de corazón de todo el pueblo italiano para todo el pueblo argentino.
Leer la nota completa en La Prensa.